Victoria

Ayer nos concentramos en la Plaza de la Merced para manifestar, una vez más y con el mismo pesar en el alma, nuestro rechazo a la violencia que se ejerce contra las mujeres por serlo. Ayer las malagueñas y malagueños, de distintas fuerzas políticas, de las asociaciones de mujeres, de los sindicatos, nos unimos en duelo por el asesinato de una malagueña, de Victoria.

Cuando voy a estas concentraciones me encuentro con personas a las que hace tiempo que no veo, a mujeres que sé que se acaban de recuperar de una operación o a un amigo de otro tiempo con el que ya no comparto mi día a día. El reencuentro suele ser motivo de felicidad y dado que soy mujer expresiva los ojos se me iluminan cuando veo a esa amiga recuperada, a ese viejo amigo e incluso a mis compañeros y compañeras de partido. A pesar de ello, sé donde estoy, sé por qué el pesar del alma no se va, sé por qué nos hemos encontrado en mitad de una plaza, por qué hay en el reencuentro una tristeza profunda.

Antes de la concentración, por la mañana Miguel Ángel Heredia, Secretario General del PSOE-A de Málaga, declaraba ante la prensa que nuestras condolencias a la familia de la fallecida. Un poco después se aprobaba en Comisión Ejecutiva Provincia una resolución en la que, una vez más y como ha sido siempre desde el PSOE denunciábamos la violencia de género como la lacra social que es, como la cara más amarga de la desigualdad existente aún en nuestra sociedad.

Se llamaba Victoria, nombre malagueño donde los haya. Y mientras aplaudíamos en silencio me preguntaba si su nombre llegaría a ser una realidad, me preguntaba si mis ojos verían que la victoria