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Daniel Pérez Morales

El voto a la izquierda como salvaguarda de la dignidad andaluza


Nuestra tierra se enfrenta el próximo 19 de junio a unas elecciones que serán leídas en una clave más allá de las fronteras de la Comunidad Autónoma, ya que son la segunda vuelta necesaria para que la extrema derecha no llegue a las instituciones como sí ha pasado en Castilla y León. 

Aunque no olvidamos que Moreno Bonilla fue el pionero en abrir la puerta de las mismas a quienes no creen en el Estado Autonómico con tal de llegar al poder en 2018, lo que hemos visto recientemente en el parlamento castellano y leonés con las declaraciones lanzadas desde Vox sobre que el único papel que hay reservado para la mujer en la sociedad es el de la maternidad hacen que, ahora sí, quede claro que los y las demócratas debemos movilizarnos ante el avance de la intolerancia, del odio y de la exclusión. 

Porque las lecciones que nos ha dado ya el pasado no deben ser excusa para mantenerse en la total pasividad. Hace falta que los y las demócratas seamos valientes para, a través de las urnas, dejar claro que nuestra tierra es uno de los epicentros de la convivencia entre culturas, del respeto y lucha por la dignidad e igualdad de la mujer, de que todos tenemos las mismas oportunidades independientemente de nuestra procedencia. 

Para ello, ha quedado claro que el voto a la izquierda es la única salvaguarda de nuestra dignidad como malagueños y como andaluces. Lo fue aquel 28 de febrero en el que Andalucía dejó claro lo que quería ser y hacia donde quería ir. También dejó claro lo que quería dejar de ser, una tierra donde se había instalado la falsa creencia de que la tierra debía seguir siendo de las grandes fortunas, de que solo podían tener acceso a un buen puesto de trabajo o formación no aquellos con mejores estudios sino dependiendo del pedrigrí, o que el papel fundamental de la mujer era seguir estando en su casa. 

Aquel 28F los andaluces rompieron con muchas de las cadenas que ataban nuestro futuro, ese que ha permitido a generaciones entre las que me encuentro progresar y que sigue marcando el camino para las que están por llegar. 


Sin embargo, todo esto está en peligro. Si algo hemos visto en estos últimos tres años es que Moreno Bonilla lo único que sabe es ponerse de perfil y si, al igual que pasó con un Ciudadanos que ahora está en declive, no dudará en sostenerse en Vox para seguir en San Telmo. Es una mochila que se ha ido creando con uno de sus socios de gobierno pero no es la mochila con la que tenemos que vivir el resto de andaluces y andaluzas. 

En estas elecciones hay que dejar claro que el único candidato sin ese saldo deudor es Juan Espadas. Es el único que puede garantizar que Andalucía siga estando en el mapa y recupere el papel protagonista en el que otras muchas regiones se miraban como ejemplo. 

Es el único que, como presidente de la Junta, devolverá a Andalucía la dignidad perdida por el desgobierno, la propaganda y la mentira. Enfrente lo único que tenemos es el blanqueamiento de las políticas que niegan la violencia de género, la plena convivencia o nuestra propia autonomía. 

El próximo 19J hay que salir a votar con el mismo espíritu que devolvió la dignidad a nuestra tierra el 28F tras décadas de oscurantismo y dictadura. No permitamos que nuestra región se convierta, de nuevo, en una tierra tutelada por una extrema derecha cuya cabeza de lista ni vive aquí y, mucho menos, por quien siendo de aquí como Moreno Bonilla ha demostrado que vive más interesado por sus propios intereses que en el de los ciudadanos.

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