Ser alcalde de un pueblo es mucho más que gestionar un presupuesto o firmar decretos. Es vivir el día a día de tus vecinos, conocer de primera mano sus alegrías, sus preocupaciones, sus necesidades. Es acompañar, escuchar, resolver, tocar la realidad con las manos. Desde hace seis años tengo el honor de ser alcalde de Álora, en pleno corazón del Valle del Guadalhorce. Y desde hace mucho más, de ser concejal. Lo he vivido todo desde cerca. Como lo viven tantos compañeros y compañeras al frente de ayuntamientos pequeños, que sostienen sus pueblos con compromiso y vocación.

En la provincia de Málaga hablamos a menudo de la Costa del Sol, del dinamismo de nuestras grandes ciudades, del turismo, del desarrollo económico… y es justo. Pero también hay otra Málaga: la del interior, la de los pueblos pequeños, la que a veces no ocupa portadas, pero que es igualmente vital para entender nuestra identidad y nuestro futuro. En esta mitad de legislatura, es el momento de hacer balance, pero también de reivindicar con más fuerza que nunca la importancia y las necesidades de nuestros municipios rurales.

Los pueblos pequeños son los que fijan población al territorio, los que protegen nuestro patrimonio cultural, nuestras tradiciones, nuestros paisajes. Son también quienes más sufren cuando se produce una Málaga a dos velocidades: una que avanza al ritmo de las grandes infraestructuras y otra que espera inversiones básicas para mantener servicios tan esenciales como las comunicaciones, la sanidad, la educación o la conectividad digital.

Los alcaldes y alcaldesas de los pueblos pequeños somos gestores incansables de recursos. Nos toca buscar soluciones a diario, muchas veces con medios limitados y con la única fuerza de la voluntad y el compromiso con nuestra gente. Conocemos cada calle, cada casa, cada historia. Y por eso, defendemos con firmeza lo que creemos justo para nuestros municipios.

Desde mi papel como presidente del Consejo de Alcaldes del PSOE de Málaga, quiero alzar la voz por esa Málaga interior. Reivindicar una Diputación Provincial que mire más al interior, que corrija desequilibrios, que invierta en igualdad de oportunidades para nuestros pueblos. No puede haber una provincia a dos velocidades. Necesitamos que se garantice la equidad territorial, que se refuercen los fondos para el desarrollo rural, que se apueste por los pequeños municipios no como receptores de caridad institucional, sino como motores de desarrollo y sostenibilidad.

El interior de la provincia no solo necesita apoyo: lo merece. Porque en nuestros pueblos hay iniciativa, hay talento, hay tejido productivo vinculado al campo, a la agroindustria, al turismo rural, al comercio local. Hay familias que apuestan por quedarse, por emprender. Lo rural no es pasado: es presente con mucho potencial. Y si tiene las herramientas adecuadas, también será futuro. Apostar por los pueblos es apostar por una Málaga más equilibrada, más cohesionada y más fuerte.

Ser alcalde de pueblo es gobernar con la puerta siempre abierta, con la voz de tu gente en la cabeza y el territorio en el corazón. Reivindico con orgullo lo que soy: alcalde de pueblo. Porque desde aquí, desde nuestros pueblos, también se lidera el futuro de Málaga.

Francisco Martínez Subires 
Alcalde de Álora y presidente del Consejo de Alcaldes del PSOE de Málaga