Balance

El PP celebró la semana pasada los diez años de gobierno de Francisco de la Torre en Málaga. Me parece injusto. Porque olvidaron que la verdadera conmemoración tendría haber sido que hace 15 años se produjo un cambio de gobierno en Málaga. Ganó las elecciones por primera vez la derecha con Celia Villalobos. Me van a permitir que me solidarice con la también diputada por Málaga Celia Villalobos. Me perece una doble injusticia; por que se olvidaron de su victoria y se olvidaron que lo poco que ha inaugurado Francisco de la Torre en esta década lo ideó y proyectó Villalobos. Lleva diez años viviendo de esa herencia.

Estos diez años, con sus luces y sombras, han sido para el gobierno municipal una década de oportunidades perdidas. De preguntas sin resolver, de promesas incumplidas y reiteradamente incumplidas. Málaga ha cambiado. Faltaría más. Pero ha dejado de recorrer más camino que el que ha recorrido.

Diez años de dudas, de idas y vueltas, de indecisiones. Diez años de medias verdades, como la última y más sorprenderte: el Astoria. De la Torre ha cumplido un papel: ser la correa de transmisión de Arenas. Ha puesto al servicio de la estrategia del PP todo un ayuntamiento. La estructura del ayuntamiento está al servicio de los intereses partidistas del PP.

Lo estamos comprobando en esta crisis económica: ni una medida contra la crisis propuesta por De la Torre. Mientras otros ayuntamientos están agilizando planes de empleo o priorizando proyectos que sí cuentan con financiación, en Málaga De la Torre dice no a los parados. De la Torre, alcalde de la ciudad con la tasa de paro más alta de España.

Festejar diez años de gobierno con la que cae me parece una falta de consideración con quienes ahora no necesitan fiestas, sino ideas, proyectos y perseverancia.