BLOGOSFERA

Luis Tomás  García

No quieren soluciones, quieren elecciones


Seguimos atravesando las calles de la crisislaberinto. Escuché el lunes al ministro Ángel Gabilondo en Málaga su elogio de la austeridad como conducta virtuosa del buen ciudadano y especialmente de los políticos; no sólo en época de crisis o escasez. Tres días más tarde, mientras atendía al debate del Decreto de las medidas de ajuste que presentó el Gobierno, repasaba en la bóveda del salón de plenos del Congreso las pinturas de Carlos Luis Ribera que representan las virtudes que deben adornar la acción política. No encontré "la austeridad". ¿Se la habrían llevado? Es posible que hubiera preferido ausentarse, acompañada de "la responsabilidad", antes de ser testigo del mayor alegato de la incoherencia que se haya pronunciado desde la tribuna del hemiciclo. Aquellos que atacaron todas las medidas sociales adoptadas por el Gobierno de Zapatero para amortiguar el impacto de la crisis, porque generaban déficit, los mismos que rechazaron un pacto de Estado anticrisis han intentado hacer descarrilar el tren de la recuperación económica del país forzando la desaprobación en la Cámara del plan de ajuste y austeridad. No lo han conseguido, pero a punto estuvieron. Se les conoce como Partido Popular, una derecha muy comprensiva con los excesos del franquismo, donde viven acomodadas las posiciones ultraconservadoras, de difícil homologación en el espacio europeo y que ahora aspira a representar a los trabajadores "si los sindicatos no saben hacerlo". Lo que oyen. Dan por sentado el fracaso de la reforma laboral pactada con las fuerzas sociales y ya entonan un requiem por las organizaciones sindicales. No quieren soluciones, quieren elecciones. No quieren formar parte de las estrategias acordadas con los países de la Unión para responder al momento de esta crisislaberinto que vive Europa porque han llegado a la conclusión de que son los únicos capacitados para mandar. Cuanto antes mejor. Y para eso lo más eficaz es frustrar cualquier intento de pacto. Abortaron el pacto Zurbano, dinamitaron el pacto educativo y, llegado el momento de que necesitemos pactar la reforma laboral entre las fuerzas políticas, volverán a torpedear el acuerdo. Es su verdadera hoja de ruta. Es el peor servicio que puede hacerse a la sociedad española porque además de retrasar nuestra salida de la crisis podríamos estar robando a nuestros conciudadanos el bien más preciado de la democracia: la confianza en la política para la solución de sus problemas.

TRANSPARENCIA

Información económica sobre el PSOE de Málaga y de sus cargos