BLOGOSFERA

José Andrés Torres Mora

La brillante suma de los días oscuros


Estoy convencido de que si viéramos una detrás de otra, como en una película, todas las portadas de los periódicos españoles de los últimos treinta años, no podríamos comprender la España de hoy. Casi cada día de las tres décadas de democracia nos hemos desayunado con noticias de crisis económicas, malos datos de paro, enfrentamientos entre los partidos, terrorismo, conflictos territoriales, epidemias y envenenamientos masivos, y un sinfín de malas noticias en general.

Cada mañana la agenda pública trae tantos problemas, que parece que el país se va ir por el desagüe de la historia antes de que acabe el día; si uno escucha las tertulias mediáticas, si lee las opiniones de las columnas y los editoriales, por cada una positiva y alentadora, siempre encuentra muchas más negativas y desalentadoras. Esas noticias hacen sonar las alarmas cotidianas señalando que nos encontramos en las peores circunstancias y en las peores manos. Como los ciudadanos de un país en guerra, nos hemos acostumbrado al sonido de las alarmas y de las bombas, y hacemos nuestra vida como si nada. Estos días hemos leído, por ejemplo, que el Gobierno ha terminado con el Estado de Bienestar; la gente no es indiferente a semejante noticia y baja la valoración del Gobierno, pero luego van a los hospitales si se encuentran mal, llevan a sus hijos a los colegios públicos cada mañana y cobran sus pensiones cada mes con toda normalidad, como si el Estado del Bienestar siguiera intacto y las medidas del Gobierno estuvieran sirviendo para preservarlo en lugar de para destruirlo.

Cualquiera que haya leído y oído los miles de comentarios que se han realizado en los últimos treinta años sobre el deterioro de nuestro sistema educativo no podría comprender que en ese tiempo hayamos multiplicado por diez el número de ingenieros de Telecomunicaciones que salen cada año de la Universidad, o que hayamos multiplicado por seis el número de los que acaban los estudios superiores de Ingeniería y Arquitectura.

Hay algo que no casa entre el país que deberíamos tener si atendemos a las noticias de cada mañana y el país que tenemos, un extraño milagro hace que al sumar todos esos días invariablemente negros, las semanas aparezcan de un gris perla; que los años sean más claros que cada uno de los meses que los componen, y que, al final de todo, estas tres décadas de democracia resulten extraordinariamente luminosas.

Así que, querido lector, no se culpe a nadie, el periodismo y los seres humanos somos así al menos desde la Ilíada. Por eso, si hoy las portadas de los periódicos nos advierten del hundimiento de nuestra economía o de la ruptura de España, no hace falta que saquemos nuestros modestos ahorros del banco y lo gastemos en víveres, ni que nos hagamos el pasaporte para ir a Lérida. Lo mejor es mirar las noticias con perspectiva y seguir haciendo nuestra vida, como si nada.

Publicado el 29 de junio de 2010 en La Opinión de Málaga

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