Deuda heredada, cinismo y poltronas

Fernando VII era un liberal que se hizo absolutista. Luego resultó ser un absolutista que abrazó el liberarismo en el Trienio Liberal. Y cuando el trienio dejó de ser liberal el monarca se convirtió de nuevo en absolutista. No voy a hablar de este particular Borbón a quien las actuales revisiones están desmitificando. Lo que quiero contaros es que no es exclusivo de la historia y de la realeza el hacer lo contrario de lo que se dice cuando se aseguran la poltrona, tras mentir y reconvertirse para garantizar dicha poltrona.

Y es que hoy he sido testigo, que no partícipe, de uno de los actos de mayor cinismo que he conocido en el pleno del Ayuntamiento de Marbella. Ver a Ángeles Muñoz y a todo el equipo del PP votar en contra de reclamar al Estado la deuda por la falta de inversiones en los 15 años de GIL. En una legislatura completa, pleno tras pleno, rueda de prensa tras rueda de prensa, a todas horas en la televisión municipal pagada por todos donde solo sale el PP, día tras día en el Marbella Express de Tomás Olivo, hemos visto a la señora Muñoz exigiendo la deuda contraída con Marbella de los años GIL. "Qué malo es Zapatero, que poco quieren los socialistas a Marbella, que nos paguen los que nos deben, que nos devuelvan el dinero que deben a Marbella..." Salvapatrias y cruzados les llamaban otrora.


Pero claro, la deuda con Marbella era un recurso electoralista. Populista, rastrero y zafio. Un recurso utilizado por el PP y Ángeles Muñoz para enfrentar a una ciudad entera contra el PSOE. ¡Que la Junta le devuelva a Marbella lo que le pertenece!... ¡que el Gobierno le devuelva a Marbella lo que le pertenece!, decía la alcaldesa con imagen de dolorosa mariana afligida por el maltrato a la ciudad. Pero como los llantos de las viudas alegres y las lágrimas de los cocodrilos todo era puro teatro. Ella, que pidió vía enmienda a los Presupuestos Generales del Estado con Villalobos una partida extraordinaria de 500 millones en 2007 y en 2009 otra partida de 600 millones con la actual ministra Báñez, hoy mete la cabeza debajo de la mesa de plenos del Ayuntamiento y no reclama nada porque "los vecinos han pedido que se le exija a la Junta no al Estado".

Total, mayor cinismo imposible. Como decía el torero donde se ponga una buena corrida que se quite el fútbol, para Muñoz donde se ponga el PP que se quiten los marbelleros. En fin, se le han visto el plumero y bien. Y terminando como comenzamos, lo que han hecho estos desarraigados se lo vamos a recordar todos los días, porque lo han puesto como se las ponían a Fernando VII.