BLOGOSFERA

Enrique Benítez Palma

Granada Express


Pasó el Congreso Regional del Partido Popular de Andalucía raudo y veloz por Granada. De tan rápido que iba la clausura se celebró el sábado por la noche y no el domingo, como estaba prevista. El Presidente del PP, Don Mariano Rajoy Brey, a la sazón Presidente también del Gobierno de España, anticipó su presencia en Granada para evitar encontrarse de frente con los ciudadanos que pensaban protestar por los últimos recortes anunciados, de manera legítima y democrática. Empieza a ser preocupante que a Mariano Rajoy le guste más dar la espalda que dar la cara, que se haya aficionado a salir de tapadillo de los sitios -lo hizo en abril en el Senado, escapando de los periodistas por el garaje- y que esté desarrollando una suerte de agorafobia, de miedo a los espacios públicos, impropia de un político de raza, sea cual sea esa raza. Cualquier persona de la calle podría llamar a nuestro Presidente "cobarde" por hacer cosas como ésta. Yo no lo voy a hacer, ya que le debo el máximo respeto. Faltaría más.

De todas formas, cuando se organiza un Congreso para asentir y aplaudir, y no para decidir, tampoco pasa nada si se recorta la duración. Y mucho menos si la ponencia política es un documento sin propuestas ni contenido, elaborado para salir del paso y firmado por cuatro de los más destacados prohombres del PP de Andalucía. Sorprende, eso sí, que no haya en toda esta formación ni una sola mujer política e intelectualmente valiosa a la que encomendar al menos la redacción de una parte de la ponencia del Congreso. Y es que leída la ponencia, es bastante probable que en otras manos el resultado no hubiera sido peor, ni siquiera en el peor de los casos.

Los congresos del PSOE, sin embargo, van por otros derroteros. En ellos se debate y se vota, se practica la democracia. En Almería, además, se produjo una protesta de los trabajadores de Santana Motor. Fue una protesta legítima, ruidosa y explosiva -con petardos y gritos- pero a ningún delegado se le ocurrió irse ni quedarse en su casa. Tampoco a Alfredo Pérez Rubalcaba, que acudió puntual a la clausura el domingo por la mañana. Y en Mijas, hace tres días, los ALPEs de la provincia de Málaga llegaron con sus pancartas y sus justas reivindicaciones, para encontrarse con la complicidad y el apoyo de la delegación socialista al congreso provincial. Algo lógico para cualquiera que conozca el buen trabajo que vienen desarrollando estos profesionales en los municipios en los que trabajan.

A Granada no fueron ni Soraya Sáenz de Santamaría ni Cristóbal Montoro, el más andaluz de los ministros andaluces del actual Gobierno de España. No pudieron, o no quisieron. Su agenda estaba completa. Es lo que pasa cuando los aplausos y los vítores se convierten en gritos y abucheos, que se saturan de repente las agendas de los dirigentes públicos y tienen que quedarse en casa o llegar a destiempo, como Rajoy. De un Presidente del Gobierno de España tan patriota muchos esperaban un comportamiento valiente, que tuviera un mínimo de coraje y gallardía, que fuese un hombre como Dios manda. Ahora, esa misma gente sólo espera que Dios les pille confesados cuando llegue el próximo recorte. Algo que, visto lo visto, no tardará mucho en ocurrir.

TRANSPARENCIA

Información económica sobre el PSOE de Málaga y de sus cargos