¿Antipolítica?

Me conecto a la página web del Corriere della Sera para ver los datos más recientes del escrutinio de las elecciones italianas. Son poco más de las seis de la tarde, y en el Congreso el Movimiento Cinco Estrellas del cómico Beppe Grillo es en estos momentos la segunda fuerza más votada. No creo que aguante, ya que en el Senado, donde los datos son más avanzados, el partido de Berlusconi les saca cuatro puntos, pero es un síntoma, casi un soplo de aire fresco.

El diario El País ha denostado mucho la figura de Beppe Grillo. He tenido que recurrir a Facebook y a Google para verificar que no fue él quien vino hace años al Festival de Teatro de Málaga, con una compañía de actores con discapacidad psíquica y un montaje lleno de emotiva sensibilidad. Por allí estuvo Fernando Arcas, lo recuerdo bian, pero no era Beppe Grillo, sino Pippo Delbono y el espectáculo se llamaba Urlo, es decir, Aullido. Hay una tradición italiana de comediantes inteligentes, como ellos dos, como Darío Fo y muchos otros, que superan con creces la estrecha definición de cómico o de payaso tal y como la entendemos en España.

Decía lo de El País, que ha asociado a Beppe Grillo con la idea de antipolítica, algo que nunca hizo con, por ejemplo, Berlusconi. Y no termino de entender por qué. ¿Acaso alguien que es capaz de articular un movimiento alternativo y lograr una cuarta parte de los votos emitidos es menos valioso que un magnate operado, aficionado al bunga bunga y siempre en el filo de la navaja en su relación con la Justicia y la Hacienda Pública? Si yo fuese italiano mi primera opción sería sin duda Barsani, pero la segunda sería Beppe Grillo, muy por delante de Mario Monti y por supuesto a años luz de distancia política de Berlusconi y del Pueblo de la Libertad.

Muchos analistas han enlazado el futuro de España con la suerte política de Italia. Algún periodista ocurrente, o un economista graciosillo bautizó a los países del sur de Europa como PIGS (cerdos), señalando a Portugal, Italy, Greece and Spain (en versión original). Es la fama que tenemos. Seguro que el tipo no había leído a Racionero, no había disfrutado de El Mediterráneo y los bárbaros del Norte. Para ellos no somos más que sol y playa. Y alcohol barato y bunga bunga. Y luego tachan a Beppe Grillo de antipolítico. Bueno, quizás lo sea. Pero entonces convendremos todos que Oli Rehn y su cuadrilla son unos tremendos antipáticos, y que su política de austeridad sí que está hundiendo Europa. Una lástima que no nacieran a orillas del Mediterráneo. Estaremos una larga temporada en manos de los bárbaros. Que no son antipolíticos, simplemente antipáticos, y que han raptado a Europa. Media luna las armas de su frente.