BLOGOSFERA

Legítima defensa
Desde que tuve el honor de representar por primera vez a mis vecinos como concejal en el Ayuntamiento de Fuengirola en 2007, no he dejado ni un solo día de dar las gracias a ellos por haberme permitido servir a mi ciudad de la mejor manera que se y puedo.
Desde entonces, he combinado mi trabajo como abogado en una sociedad profesional y mi labor en el Ayuntamiento. Soy consciente del daño que he producido a mis compañeros de despacho y desde aquí también les pido disculpas, tanto por mi ausencia en el mismo y sin embargo tener que cobrar de ahí, ya que era mi única fuente de ingresos, como por los agravios venidos de la máxima responsable del Consistorio desacreditando mi trabajo, y la lógica repercusión en la casa común, ya que, pretendiendo darme a mí una bofetada, se la daba a las cuatro familias directas y otras cinco indirectas que vivimos de ello.
En este tiempo, he tenido muchos momentos gratos, fruto, la gran mayoría, del cariño de la gente que sabía que no solo ponía mi energía al servicio de la ciudad, sino también, porque veían que ponía el corazón en lo que hacía y hago.
Tampoco este tiempo ha estado huérfano de dolor y malos ratos, y no me refiero, que también, a los resultados de las elecciones en mayo de 2011, donde fui candidato y no obtuvimos buenos resultados como todos ustedes saben, pero sin duda lo más desagradable desde el punto de vista personal y profesional ha sido recibir injuriosos ataques a mi persona y a mi condición de abogado.
En más de un pleno, la Sra. Oña Sevilla, a la sazón, alcaldesa de la ciudad, ha aseverado, sin pudor, y aprovechándose de la lógica credibilidad que le otorga el cargo, que el colegio de abogados de Málaga me tiene prohibido ejercer como abogado, por estar inhabilitado para ello, hecho del todo incierto y altamente perjudicial para mi honorabilidad como letrado y para los intereses económicos de las familias que comparten contigo el proyecto profesional al que ya hice mención hace un rato.
Sobre esto último, evidentemente el daño es de incalculable envergadura, es nada menos que intentar quitarme el pan y a la de varías familias, pero todo se andará, de momento, en estrictos términos de defensa, como podrán comprender, interpondré una querella por injurias graves que tiene su origen en las declaraciones vertidas por doña María Esperanza Oña Sevilla en el pleno del Ayuntamiento de Fuengirola el pasado martes día 29 de enero de 2013, siendo el mismo televisado en directo y repetido en el canal Fuengirola TV durante varias semanas, a fin, desde mi punto de vista, de que dichas falsedades, injuriosas como acreditaré en el Tribunal Superior de Justicia (la Sra. Oña es aforada por ser parlamentaria), tuvieran la máxima difusión y efecto posibles.
Quizás la alcaldesa de mi ciudad quiera aprovechar, con mucha maldad sin duda, que como desde octubre de 2012 tengo dedicación exclusiva en la Diputación Provincial de Málaga, y que en el año 2004 tuve diferencias con el propio colegio acerca de poder o no asociarse abogados con no abogados, cuestión que quedó aclarada con la Ley de Sociedades Profesionales de 2007, para hacer creer que no andar por el juzgado es por ese falso e injurioso motivo.
En la querella solicitaré una indemnización por daños y perjuicios de cien mil euros (100.000), que donaré a asociaciones benéficas de Fuengirola, si bien, soy consciente, que nada ni nadie podrá jamás reparar el daño ya hecho en mi persona y oficio.