BLOGOSFERA

Enrique Benítez Palma

Predicar y dar trigo


La rueda de prensa del Consejo de Ministros del viernes pasado fue algo así como la crónica de una muerte anunciada. Un día antes, la Encuesta de Población Activa (EPA) dinamitaba con su dramático escrutinio de la realidad la estrategia de comunicación del Gobierno de España, basada en el ocultismo del Presidente Rajoy, las miradas por el espejo retrovisor a la España heredada de Zapatero y la ofuscación en mantener una hoja de ruta política y económica cuyos resultados son ya insoportables.

Hoy, nadie sabe a ciencia cierta qué va a pasar en este país. Se hunde el empleo, en cantidad y en calidad. Se maltratan los cimientos de cualquier futuro medianamente prometedor: la educación, la investigación, las universidades. Se sacrifican la política social y el Estado del Bienestar al rescate pantagruélico del sector financiero, cuyos directivos y cuadros intermedios siguen cobrando nóminas millonarias. Se decreta la muerte por inanición de la llamada Ley de Dependencia y de sus benéficos y humanitarios efectos colaterales. Se dice que la emigración desesperada de nuestros jóvenes es una buena noticia. Se persigue el derecho de reunión y se cuestiona incluso la libertad de prensa.

Es un balance terrible y preocupante. Un balance que se despreocupa de la caída en el abismo de cientos de miles de familias y que, a muchos dirigentes del PP, incluso les provoca orgullo. Orgullo por haber mentido y por haber alimentado sus propias mentiras. Orgullo por defender a un Presidente cobarde, a un Consejo de Ministros ausente, a una estructura de Partido muy bien remunerada. Orgullo por sembrar un aumento de las desigualdades en España que ya quisieran firmar Reagan o la señora Thatcher, un un tiempo récord. Orgullo vacuo, pero orgullo.

Sin embargo, todo este drama intenso, que Ministros y adláteres viven en carne ajena, por fin ha traído una buena noticia. El invisible Rajoy ha reconocido en Granada que quizás vaya siendo hora de decir la verdad. Que el paro está desbocado y que no se va a crear empleo esta legislatura. Que el saneamiento de la banca y del ladrillo –cuyos responsables no han sido vistos aún en las colas del paro- se va a seguir llevando miles de millones de euros. Que además han fichado a precio de oro a febriles directivos del sector privado, como la Directora del “banco malo”, Belén Romana, para que nos saneen cobrando miles de euros mensuales de dinero público contante y sonante. Que nos olvidemos de todo lo que no suene a sangre, sudor y lágrimas.

Lástima que aquél sacrificio lo pidiera un tal Churchill a sus conciudadanos para vencer a un tal Hitler. Porque quien lo pide ahora es un tal Rajoy para vencer su propia incompetencia. Que se vaya a Santa Pola cuanto antes. Y que nos ahorre tanto sacrificio estéril.

TRANSPARENCIA

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