"IBI et orbi", artículo de Francisco Conejo sobre las viviendas excluidas de la subvención del IBI anunciada por Bendodo



Subió a la tribuna Bendodo y ofreció urbi et orbi una subvención para el IBI. El presidente de la Diputación pretende que nos creamos que va contracorriente, para enfado de los suyos, pues cuando todos suben los impuestos del hogar (casa, agua, vado) como ha hecho el señor De la Torre en Málaga, él anuncia una rebaja del impuesto de bienes inmuebles que gestiona el Patronato Provincial de Recaudación. Como el mago, Bendodo siempre tiene truco. Porque revisados los requisitos que exige tal subvención, nos encontramos con que el 82% de las viviendas de la provincia se queda fuera de la subvención.

Cualquiera que atendiera al anuncio presidencial pensó que en el año 2014 el recibo bajaría. Sin embargo, si usted vive en un municipio que no esté integrado en el Patronato de Recaudación, olvídese de la rebaja. Es decir, si vive en Málaga, Alhaurín el Grande, Benalmádena, Fuengirola o Mijas, su recibo no tendrá merma. Si la vivienda tiene un valor catastral de más de 100.000 euros, la subvención pasará de largo, aunque los tributos de su municipio sean gestionados por la institución provincial. Como bien sabe, la revisión catastral dispar en las ciudades y pueblos ha significado en la provincia que el mismo tipo de vivienda pueda tener un valor muy diferente. Y si usted no tiene domiciliados los recibos por la razón que considere oportuna, aunque cumpla los dos anteriores requisitos, se quedará sin la subvención.

En total hablamos de que los propietarios de 635.184 viviendas de las 798.319 registradas en la provincia de Málaga no se beneficiarán de la bonificación vía subvención que aplicará la Diputación. Es evidente que los criterios adoptados por el equipo de gobierno de la Diputación no encajan en el contexto actual. No podemos hablar de una subvención justa si atendemos a los criterios. Que la vivienda tenga un valor catastral alto no significa que la persona propietaria tenga altos ingresos o su situación actual no exija una ayuda por parte de los poderes públicos. O que el propietario de una vivienda de menor valor catastral que la tiene pagada y que tenga suficientes ingresos se beneficie de una ayuda. La subvención discriminará lógicamente, pero los requisitos ahondan en esa discriminación e injusticia. Una subvención justa en estos duros momentos de crisis económica, en los cuales las situaciones familiares son tan dispares, difuminadas las fronteras entre clases medias y bajas, es la que atiende a los ingresos de la unidad familiar, a la situación de desempleo, a si la vivienda está pagada o hipotecada. Y exigir que los recibos estén domiciliados es desconocer cómo las familias con menos recursos gestionan como pueden el pago de los impuestos.

La principal decisión política en torno a una subvención o ayuda es su alcance. No es menor el debate que la izquierda tiene sobre la universalidad de las prestaciones o de las ayudas, bonificaciones o subvenciones. El coste será su alcance. En la Diputación se piensa antes en el alcance mediático que en el coste político. Así vamos, gastando millones en museos taurinos mientras se cierran guarderías laborales.

Los socialistas estamos recorriendo la provincia con una campaña bajo el lema «Para el PP, no todos somos iguales». Denunciamos y proponemos, pero también informamos, algo que el equipo de gobierno ha descartado porque sabe que, al fin y al cabo, en lo del IBI no se va a beneficiar urbi et orbi.


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