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Miguel Ángel Heredia Díaz

Málaga, velocidad de crucero


Hoy se inaugura la T-3, la flamante nueva terminal que disipa cualquier duda sobre la capacidad del Aeropuerto, sus condiciones de seguridad y la calidad de los servicios prestados. En las próximas décadas, nadie planteará, como ocurría hasta el año 2004, que el estrangulamiento de las instalaciones supondrá un freno a la industria turística en nuestra provincia. Los socialistas propugnamos excelencia en este campo para competir con los destinos emergentes, mucho más baratos. Y la excelencia empieza por el primer recuerdo que el turista tiene al llegar a la Costa del Sol, que también es el último antes de irse.

La inversión en esta nueva terminal ha superado los 400 millones de euros. El Aeropuerto triplica su capacidad y, lo que es más importante, lo hace adelantando en dos años los plazos con respecto a los que tenía prefijados el PP. Los gobierno sucesivos de Aznar tramitaron tan despacio el crecimiento del Aeropuerto que su única aportación fue la nueva torre de control. Fue a la llegada de Magdalena Álvarez al Ministerio cuando se realizó un verdadero rediseño y planificación del crecimiento del Aeropuerto, con decenas (acaso centenares) de actuaciones que han supuesto la inversión de 1.600 millones de euros en cinco años y la generación de 10.000 empleos entre directos e indirectos. La llegada del PSOE al Gobierno central ha multiplicado por dieciséis los presupuestos destinados a esta actuación estratégica y profundamente transformadora. Son datos, pura matemática, que cualquiera puede comprobar acudiendo a los Presupuestos Generales del Estado.

La nueva terminal nos hace esbozar una sonrisa a todos. Es de esas obras que calan en la autoestima de una ciudad y de una provincia. De esas actuaciones que no dejan a nadie indiferente y que marcan la diferencia entre una ciudad grande y una gran ciudad. Porque Málaga es ya una gran ciudad gracias a las inversiones del Gobierno de España, que llegan, permítaseme el tópico, por tierra, mar y aire. Los socialistas hemos cerrado la red de autovías pendiente y ahora estamos próximos a inaugurar la mitad de la Segunda Ronda de Málaga; hemos convertido a Málaga en la ciudad con más líneas previstas de Alta Velocidad, incluida la que conduce a Madrid, a cuyo éxito ya nos hemos acostumbrado, y también hemos convertido al Puerto en un referente del turismo de cruceros, con más de 400.000 turistas al año, gracias a las obras de diques, estaciones marítimas y otras infraestructuras.

La excelencia turística de Málaga comienza por sus potentes medios de transporte. Llega por una nueva terminal aeroportuaria que podrá atender 74 vuelos y 9.500 viajeros a la hora. La traslación de los datos a un cómputo anual refleja que Málaga va a triplicar su capacidad para recibir turistas, ya que en las nuevas instalaciones se podría atender a más de 30 millones de viajeros al año si fuera preciso.

Ahora que la gran transformación se puede palpar, se puede ver, se puede transitar, no acertaría a imaginarme el Aeropuerto de otra manera. Pero ha hecho falta mucha voluntad política por parte del Gobierno de Zapatero. No podía ser de otra forma. Nos encontramos ante el cuarto Aeropuerto del país y ante la gran puerta de entrada al Sur de Europa.

Pero si actuar es importante no lo es menos planificar. Era clave que el Aeropuerto tuviera sus comunicaciones garantizadas. El recinto no podía estar absolutamente a merced de los caprichos del tráfico rodado, con un solo y deficiente acceso por carretera. Bastaba un mínimo alcance, una pequeña colisión, para que muchos viajeros estuvieran en vilo y en claro riesgo de perder sus vuelos. Ahora el Aeropuerto ve más cerca su Acceso Sur, desde la rotonda del Parador del Golf, en obras avanzadas. Pero también ve más cerca el Acceso Norte, desde la Segunda Ronda. Se trata de una autovía urbana que partirá de Churriana, que tiene su proyecto ya redactado y que el PP no se atrevió ni a imaginar.

El corazón del Aeropuerto estará surcado por las vías del tren, gracias a un gran intercambiador al que llegará el Cercanías y que está construido con la previsión de incorporar en el futuro nuevos modos de transporte, como el metro.

La última gran actuación, también en marcha, es la segunda pista. Ansiada segunda pista que ya está prácticamente al 75% de ejecución. Su llegada también es inminente y acompañará a miles de plazas nuevas de aparcamiento, nuevos edificios de servicios y oficinas, nuevas líneas eléctricas, nuevos y modernos sistemas de inspección de equipajes, casi un millar de viviendas del entorno insonorizadas para garantizar la calidad de vida de los vecinos…

La lista de actuaciones del denominado Plan Málaga sería interminable. Málaga puede estar orgullosa de su Aeropuerto. Podemos encarar el futuro con la autoestima alta y con la ilusión de afrontar los nuevos retos económicos y turísticos con las máximas garantías. Porque ya es un Aeropuerto referente. En fondo y forma. Porque las comunicaciones de calidad hacen que Málaga tome velocidad de crucero.

TRANSPARENCIA

Información económica sobre el PSOE de Málaga y de sus cargos