BLOGOSFERA

Francisco Javier Jerez González

La política del sillón


En política lo más difícil es mantener la moderación y la sensatez. Tanto si se está gobernando como si se está en la oposición. Y es en esa capacidad de lograr este equilibrio donde se ve dónde hay un verdadero partido de estado a donde solo hay golpes de efecto, anuncios rimbombantes y una obsesión, casi enfermiza, por la publicidad y la propaganda. El gobierno de coalición de PSOE y Podemos ha demostrado, pese a los malos augurios de quienes avisaban del caos, que ha habido la suficiente moderación y sensatez como para diseñar una hoja de ruta de políticas sociales y económicas para impedir que los más desfavorecidos se quedaran atrás en esta pandemia.

En el otro lado de la balanza, PP y Vox, Vox y el PP, siguen empeñados en basar toda su acción política en el ruido, seguir generando confusión y desinformación o, como ocurre en nuestra tierra, en seguir generando un conflicto permanente tras otro con el ejecutivo central, obviando, por supuesto, las reglas mínimas de la lealtad institucional. Todo ello con tal de seguir tapando sus vergüenzas como gobierno autonómico apoyado en la ultraderecha. Todo ello por intentar fijar el foco mediático en cualquier cosa que no sea en su incapacidad para gobernar.

Por ejemplo. Una semana más, el gobierno de la Junta de Andalucía ha vuelto a ir a la zaga del ejecutivo central para paliar los efectos de la pandemia, esta vez en lo relativo a las ayudas directas que deben recibir las empresas y autónomos que peor lo han pasado en la crisis. Cuando vemos que la provincia de Málaga recibirá más de 230 millones de euros del gobierno de Pedro Sánchez el gobierno de Moreno Bonilla sigue más preocupado en hacerse fotos y anunciar proyectos que, o llegarán tarde o directamente caerán en el olvido.

Y todo ello sin que los alcaldes y alcaldesas del PP en la provincia alcen la voz ante lo que sí es un verdadero ataque a la prosperidad de miles de ciudadanos y ciudadanas, especialmente en la Costa del Sol Occidental. Mientras Benalmádena, Mijas o Torremolinos clamaban por la ampliación de horarios de sectores no esenciales aún teniendo menores tasas de contagio por el COVID-19 frente a la capital, en otros ayuntamientos "populares" costasoleños ha imperado la ley del silencio con tal de no molestar ni a Bendodo, a la sazón presidente del PP en la provincia, o a Moreno Bonilla, presidente regional del partido. Es decir, que han preferido supeditar los intereses de sus sectores económicos más afectados, especialmente la restauración y la hostelería, a los de su propio partido. Y todo ello mientras Moreno Bonilla pasaba un fin de semana tranquilo en Sierra Nevada esquiando...

Porque, por si alguien tenía alguna duda, lo que realmente le preocupa al PP, y lo hemos visto en Murcia o en Madrid, no es la pandemia. Son los sillones. O mejor, dicho, no perder el sillón. Si hay algo que puede resumir la tormenta política que se ha desatado en estas dos últimas semanas es es que al PP le viene bien el transfuguismo, se maneja bien dentro de él, conoce las formas de corromper a personas dentro de la política para que abandonen las filas del partido que apostó por ellos y ellas con tal de seguir manteniendo el poder. Ya sea en Murcia, antes en el Madrid del tamayazo y, por no buscar un ejemplo muy lejano, en la propia capital de la provincia. Aunque eso suponga mantener un equipo de gobierno con Ciudadanos con el apoyo necesario de un tránsfuga, un modelo ideado por Bendodo que, desde luego, ha servido al PP para exportarlo a toda España.

Para la derecha y la extrema derecha de este país el fin justifica los medios, lo ha demostrado en el pasado, lo acaba de demostrar y lo tiene que seguir demostrando porque es la única forma de supervivencia que conoce. Aunque tengan que pasar por plegarse a los postulados de la extrema derecha como ya hacen de facto en Andalucía.

Porque, para ellos, estar en la oposición es una deshonra ya que conciben el poder como algo en propiedad, y ver que hay un gobierno de coalición de izquierdas es para ellos algo contranatura aunque se haya puesto sobre la mesa un escudo social que ha protegido a más de 130.000 trabajadores en la provincia de Málaga o que, por fín, haya una ley que permita morir dignamente a quien realmente quiera hacerlo.

Pero para esta casta la política solamente es un medio para conseguir el poder, ejerciendo sin pudor "la política del sillón". Lo único que de verdad les importa.

TRANSPARENCIA

Información económica sobre el PSOE de Málaga y de sus cargos