BLOGOSFERA

Francisco Javier Jerez González

Hablando de Libertad


El adelanto electoral en la Comunidad de Madrid ha servido para poner negro sobre blanco dejando clara la alianza que la derecha tiene prevista con la ultraderecha allá donde tenga opciones. Porque, si hoy los votantes madrileños no lo evitan, esta Comunidad Autónoma puede entrar en un periodo negro donde los que abanderan el neofascismo y la xenofobia se ocupen de aspectos como la educación o los derechos sociales, como ya hacen en Murcia, aunque sean disfrazados de tránsfugas.

Más de una vez me habrán escuchado decir que PP y Vox, Vox y PP, son lo mismo. Provienen de un mismo tronco común. El de la intolerancia, el de la insolidaridad, el del ataque al estado del bienestar y de todo aquello que lo representa. PP y Vox, Vox y PP, son los del pin parental, los que niegan la violencia machista, los que buscan cualquier excusa para sacar la bandera de España en un intento de justificar sus posicionamientos más intolerantes o para seguir atacando al gobierno central en vez de apoyarlo en plena pandemia. Y si no tienen un escudo pues, como hacen en Andalucía, se lo inventan para que Moreno Bonilla aparezca como un pseudo-caudillo defensor de las políticas neoliberales. Eso sí, caiga quien caiga.

Desde el PSOE, ya sea en Málaga, Andalucía o Madrid, tenemos claro que no es ese el modelo de sociedad que defendemos ni el fin último que nos mueve. Ahora que se ha desprestigiado tanto el uso de la palabra "Libertad", especialmente en la campaña madrileña, es preciso recordar que el PP no solo no cree en ella (mucho menos Vox), sino que ha puesto toda la carne en el asador para que se convierta en un concepto vacío, sinónimo de individualismo, de elitismo, de desigualdad.

Los socialistas creemos en un principio de libertad como base fundamental de la democracia, no para acabar con ella. Una libertad donde cada persona es dueña de su propio destino independientemente de su ideología, procedencia o recursos económicos, no para que se convierta en libertinaje. Una libertad que garantice los derechos más fundamentales del ser humano, la educación, la sanidad... no como un medio para que se blinden privilegios solo para unos pocos.

Desde la derecha se ha querido contraponer la libertad a las políticas de izquierdas. Porque quien considera que el poder es la posesión exclusiva de unas élites, nunca verá con buenos ojos que se cumpla la máxima aquella de "una persona, es un voto". Una máxima protegida por nuestra propia Constitución, donde se afirma, en su artículo 1.1, que "España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político".

Esa misma derecha parece olvidar lo que ocurre en los países de su alrededor y cuales son las consecuencias de abrazarse de forma tan firme el ultraconservadurismo que abanderaba hasta hace poco Donald Trump, ese modelo que tanto le gusta a Santiago Abascal. Olvidan que a los estadounidenses les llevará décadas arreglar los efectos de la nefasta gestión del último presidente republicano, pero esa advertencia parece no valerle al PP ni a Pablo Casado, ni a Isabel Díaz Ayuso ni, de nuevo en Andalucía, a Moreno Bonilla.

Si indagamos un poco más, dentro del cambio de rumbo que ha tenido que poner en marcha Estados Unidos tras cuatro años de Trump, vemos el paquete de medidas progresistas que el presidente Joe Biden ha creado para fortalecer el gobierno federal: protección a las familias que peor lo están pasando, creación de un plan de empleo, colaboración con las naciones más desfavorecidas para paliar los efectos de la inmigración ilegal... Una hoja de ruta que en nuestro país coincide con la marcada por el gobierno de coalición de Pedro Sánchez y del escudo social ante la pandemia pero que, por mucho que se insista en esta necesidad, no encontrará como aliada a la derecha.

Es más, para el PP cualquier atisbo de mejora o protección social lleve a cabo el ejecutivo central de Pedro Sánchez sólo servirá para seguir alimentando las descalificaciones y las mentiras porque el objetivo último siempre ha sido tensionar la sociedad hasta su punto máximo y haciendo todo lo posible porque la política pierda toda función social para quedar solamente en el espectáculo de la impostura y el teatrillo.

Hoy, 4 de mayo, los madrileños y madrileñas deciden entre la libertad y el modelo que representan PP y Vox. Espero que la mayoría apuesten por quienes realmente defienden el valor social de esa libertad. Por una libertad que garantice los espacios públicos plurales e incluyentes. Por una libertad que acerque la participación ciudadana a las instituciones. Porque de llegar la ultraderecha a ellas, y ahora ha quedado claro que con el PP lo hará, esa libertad que tanto ha costado construir estaría seriamente en peligro.

TRANSPARENCIA

Información económica sobre el PSOE de Málaga y de sus cargos