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Salvador Pendón Muñoz

Flamenco republicano


Durante el período de la II República, de la que hoy conmemoramos el septuagésimo noveno aniversario de la proclamación, el arte flamenco se impregnó, con más o menos intensidad en razón del personal posicionamiento de sus intérpretes, de los aires de libertad que recorrieron España. Algunos artistas manifestaron abiertamente su afección al nuevo sistema político, otros vieron en la interesada y circunstancial inclinación una oportunidad para prosperar y muchos de ellos permanecieron ajenos a los cambios políticos y sociales que sacudieron nuestra nación, ensimismados en su arte y en su falta de compromiso.

De la implicación, más o menos consciente y voluntaria, de los cantaores de aquel tiempo, han quedado pruebas en las grabaciones de un grupo de ellos, importante en número y en la trascendencia artística. Con letras que eran auténticas proclamas en favor de la República, nos dejaron impresos sus cantes, en placas de pizarra, La Niña de los Peines, Manuel Vallejo, Niño de la Huerta, Guerrita, El Chato de las Ventas (que murió preso en la cárcel de Cáceres), Corruco de Algeciras, etc.

El último de ellos, de nombre José Ruiz Arroyo, nació hace ahora cien años en la Línea de la Concepción, a pesar de llevar en su nombre artístico el de la ciudad vecina. Contemporáneo de los grandes forjadores del fandango de creación personal, el suyo no desmerece de aquél al que más mérito pueda atribuírsele y le otorgó el reconocimiento de sus coetáneos y de los aficionados que hasta hoy lo han sido. Pero fue también Corruco, en su breve vida artística, un sentido intérprete de malagueñas, siguiriyas, soleares…

El 11 de Abril de 1938, cuando hacía tres meses que había cumplido veintiocho años, murió por herida de bala en el frente de Teruel. Las circunstancias de la trágica muerte del cantaor campogibraltareño bien pueden tomarse como ejemplo de lo absurdo de una guerra que arrasó España en un combate entre gente que, en muchos casos, no tenía una sola razón para enfrentarse y ni tan siquiera eligió la trinchera desde la que le tocó luchar: a pesar de haber grabado letras tan militantes en favor de la República como las que cierran esta entrada, Corruco murió siendo soldado del llamado “bando nacional”

Las coplas hacen mención a los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández. El primero de ellos, el 12 de Diciembre de 1930, cuatro meses antes de que el pueblo español lo consiguiese en unas elecciones, proclamó la República tras sublevarse al frente de la guarnición de Jaca. Dos días después, una vez fracasado el pronunciamiento, ambos capitanes fueron fusilados. Galán rechazó ser atendido religiosamente, mandó disparar al pelotón de fusilamiento y murió gritando “¡Viva la República!”

En la grabación que nos dejó de estos fandangos, Corruco canta el primero por su estilo propio y el segundo por el de El Niño Gloria:

Dio Galán y García Hernández
un grito de libertad,
tembló el trono y la corona
y con su voz hizo triunfar
la República Española.


Triunfante nuestra bandera,
lleva una franja morá,
la conquistó España entera,
por Hernández y Galán
rompió España sus cadenas.

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