BLOGOSFERA
La deuda pendiente de la Justicia Social: es hora de abolir la esclavitud moderna
Cada 2 de diciembre, al conmemorar el Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud, debemos hacer una pausa y enfrentar una verdad incómoda: la esclavitud no es un vestigio del pasado, sino una lacra modernizada, diversificada y fortalecida que se alimenta de la desigualdad y la avaricia contemporánea.
La lucha por la justicia social y los derechos humanos, que históricamente ha abanderado el socialismo democrático, exige que reconozcamos la raíz estructural de este problema: las condiciones modernas propias de la globalización mercantil han propiciado un contexto donde la explotación extrema prospera.
Debemos señalar con claridad la incompatibilidad moral entre la explotación y la democracia. Como se ha expuesto crudamente, "el capitalismo es perfectamente compatible con la esclavitud, la democracia no". La búsqueda desenfrenada del lucro personal, la base de la eficiencia capitalista, que prioriza la "supervivencia del más apto" y exacerba las desigualdades, crea el caldo de cultivo ideal para que las empresas y redes criminales exploten a los más vulnerables en su camino hacia el enriquecimiento.
La esclavitud de hoy se manifiesta en múltiples y viles formas, afectando a grupos vulnerables debido a la discriminación arraigada en la sociedad y a la persistencia de creencias y costumbres tradicionales.
Nuestra misión es erradicar todas estas modalidades modernas:
1. La Trata de Personas y la Explotación Sexual: Personas son coaccionadas, forzadas o manipuladas mediante fraude o abuso de poder para su explotación sexual o laboral. Esta es una forma de abuso que utiliza la fuerza o el engaño para obtener beneficios económicos.
2. El Trabajo Forzoso e Infantil: Miles de personas se ven obligadas a trabajar bajo amenaza de una pena, a través de la violencia, la intimidación o la retención de documentos de identidad. Es imperdonable que niños/as sigan participando en actividades económicas que perjudican su salud, desarrollo y educación.
3. Matrimonios Forzados y Niños Soldados: No podemos ignorar las prácticas inhumanas como el matrimonio infantil, que perjudica la salud y desarrollo de los menores, ni el reclutamiento obligatorio de niños en conflictos armados, una grave violación del derecho internacional humanitario.
Con los avances logrados en materia de derechos humanos, resulta inaceptable que tantas personas sigan siendo víctimas de estas prácticas. Por ello, desde una perspectiva de progreso y equidad, debemos asumir compromisos firmes que van más allá de la mera retórica.
Para que se cumpla el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 8, que promueve el trabajo decente y el crecimiento inclusivo, los esfuerzos por eliminar la esclavitud deben intensificarse de forma drástica.
El compromiso internacional, reflejado en la Meta 8.7 de los ODS, debe ser nuestra hoja de ruta:
• Adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso.
• Poner fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de personas.
• Asegurar la eliminación de las peores formas de trabajo infantil, con el objetivo de poner fin al trabajo infantil en todas sus formas de aquí a 2025.
Conmemorar el Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud es fundamental para sensibilizar a la sociedad, gobiernos y organizaciones. Es nuestra obligación generar políticas activas a fin de prevenir la explotación, proteger a las víctimas y promover la igualdad y la justicia en todo el mundo.
La justicia social no puede esperar. La lucha contra la esclavitud moderna es la lucha contra la desigualdad sistémica. Fomentar la ratificación y el cumplimiento de los tratados internacionales contra la trata y la esclavitud es un imperativo moral para un país que se precia de defender los derechos y las libertades. Nuestro compromiso con la abolición debe ser total.





