BLOGOSFERA

Francisca Montiel Torres

En dos años la inversión en investigación se ha rebajado un 30 por ciento


“Hoy en día, la política relativa a las ciencias es tanto una forma de diplomacia cultural como una estrategia de desarrollo”. (Irina Bokova. Directora General de la UNESCO)

“Si el conocimiento te parece caro, prueba con la ignorancia” (Derek Bok. Expresidente de la Universidad de Harvard)

DESDE 2001 las Naciones Unidas, a través de la UNESCO, instan a los países a que celebren el 10 de Noviembre el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, cuyos objetivos son renovar el compromiso, tanto nacional como internacional, en pro de la ciencia para la paz y el desarrollo y hacer hincapié en la utilización responsable de la ciencia en beneficio de las sociedades y, en particular, para la erradicación del hambre y la pobreza y en pro de la seguridad humana, la protección del medio ambiente y, en suma, para mejorar la calidad de vida de los pueblos. Y lograr una mayor conciencia en la ciudadanía de la importancia de la ciencia y evitar la brecha existente entre la ciencia y los científicos y la sociedad.

EN España, el año 2011 marcó un punto de inflexión en política científica con la aprobación de la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, tras ocho años de presupuesto expansivo que mejoraron notablemente la situación de la ciencia española: en infraestructuras, con 19 grandes instalaciones, en número de investigadores, con un crecimiento del 36 por ciento entre 2004 y 2009, y en reconocimiento internacional, novena en el ranking mundial de producción científica. Fue ratificada por el 99 por ciento del Congreso de los Diputados y del Senado, lo que se interpretó como un pacto de Estado por la Ciencia.

ESTA Ley establece un marco y un fin claros desde su preámbulo: “La generación de conocimiento en todos los ámbitos, su difusión y su aplicación para la obtención de un beneficio social o económico, son actividades esenciales para el progreso de la sociedad española, cuyo desarrollo ha sido clave para la convergencia económica y social de España en el entorno internacional (…) el sector productivo español, imponiéndose a una inercia histórica, está empezando a desarrollar desde fechas recientes una cultura científica, tecnológica e innovadora que es esencial para su competitividad. La economía española debe avanzar hacia un modelo productivo en el que la innovación está llamada a incorporarse definitivamente como una actividad sistemática de todas las empresas, con independencia de su sector y tamaño, y en el que los sectores de media y alta tecnología tendrán un mayor protagonismo”.

EL Gobierno socialista puso en marcha esta importante y necesaria Ley sabedor de que el conocimiento es la piedra de toque de cualquier proyecto de futuro personal o colectivo y por ello, la investigación científica, su difusión y transferencia, resultan elementos imprescindibles de un país que quiere regirse por la razón y el pensamiento crítico en la elección de sus objetivos y en su toma de decisiones.

ADEMÁS, para los socialistas era y es necesario impulsar un cambio de modelo apostando por la investigación y la innovación, medios para conseguir una economía que garantice un crecimiento equilibrado, diversificado y sostenible. La Unión Europea lo ha señalado repetidamente: la investigación y la innovación son claves para la salida de la crisis.

PERO la inversión en ciencia tiene que ser estable, independiente de ciclos económicos y con un amplio consenso político. Los países líderes en este campo han puesto en marcha políticas anticíclicas, incrementando la inversión en I+D+i a pesar del decrecimiento de la actividad económica. A principios de 2012, Francia anunció un paquete de estímulo de 35.000 millones de euros para investigación y Alemania, defensora de la austeridad, ha incrementado el presupuesto de las instituciones de investigación un 5 por ciento anual hasta 2015.

CORTA vida ha tenido esta magnífica Ley. No ha sido derogada pero los Presupuestos Generales del Estado de 2012 y 2013 la han segado.

Recursos destinados a I+D+i de los Presupuestos Generales del Estado 2011 a 2013 (en millones de euros)


NADIE podía imaginar que se podría hacer esto con la ciencia española: la I+D+i se ha llevado una de las peores partes de los recortes presupuestarios.

EN 2011 el gasto total en I+D+i fue de 8.586 millones de euros, para 2012 no llegará a los 6.400 millones, un 25,5 por ciento menos. Para 2013 están previstos 5.932,63 millones, un 7,21 por ciento menos. En dos años un descenso del 30,93 por ciento. Los recursos económicos totales previstos para financiar la I+D+i en 2013 son menores que los del año 2005. El Gobierno debería pensar que este grave daño a la infraestructura científica y a su capital humano provocará una vuelta al “que inventen ellos” y dejar a nuestro país fuera del círculo competitivo mundial.

ESTA reducción de recursos, que no es, como se dijo, una situación temporal, sino un cambio de tendencia y de estrategia, tiene unas consecuencias gravísimas pues corta de raíz las expectativas generadas durante los últimos años de convertirnos en un país con una economía moderna y robusta y lleva a la degradación progresiva de la actividad científica, un elemento estratégico cuyos resultados se ven a medio y largo plazo y solo se consiguen con políticas sólidas.

COMO señala la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE): “Hay que tomar conciencia urgentemente de que se está poniendo en riesgo más que probable a una parte importante de nuestro Sistema de Innovación y, por ende, la posibilidad de que la economía y la sociedad española construyan unas bases más sólidas y sostenibles para mejorar el bienestar de sus ciudadanos en el próximo futuro”.

TRANSPARENCIA

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