BLOGOSFERA

Enrique Benítez Palma

El gran engaño


Hace pocos días vimos imágenes de la huida por la ventana de algunos concejales del PP a los que, en Galicia, exigían explicaciones por el gran engaño de las preferentes. No voy a justificar nada, no sea que la meliflua María Dolores de Cospedal me acuse de incitación a la violencia o algo aún peor; simplemente me gustaría poner sobre la mesa una visión amplia de lo que ocurrió en Galicia en las semanas precedentes a sus elecciones autonómicas.

Feijoo parece un tipo pulcro. Viste bien y esas gafas le favorecen. Mantuvo su mayoría absoluta por un solo escaño, pero esa victoria supo a gran victoria por el momento político en que se produjo, cuando ya su paisano Rajoy había incumplido más de la mitad del programa electoral con el que engañó electoralmente a la sociedad española. En las elecciones gallegas, recuerdo con nitidez que Feijoo prometió dos cosas: que los suscriptores de participaciones preferentes iban a recuperar todo su dinero, y que PEMEX, el gigante petrolero mexicano, iba a proporcionar una ingente carga de trabajo a los astilleros gallegos. Hoy podemos afirmar, sin que eso suponga un ejercicio de incitación a la violencia, que todo era mentira.

El caso de las participaciones preferentes, además, se ha ido agravando. Este instrumento financiero, aprobado por ley en el año 2003, cuando en España mandaba Aznar y se paseaba por las Azores, fue luego utilizado con profusión y sin mucha vergüenza por las entidades financieras, que lo vendían como un producto líquido y seguro, de alta rentabilidad, cuando en realidad era una aportación encubierta de capital que encadenaba a los suscriptores a la suerte del banco. Hoy, miles de pequeños ahorradores saben ya que van a perder entre el 40 y el 70% del dinero que invirtieron de buena fe. Y por eso piden explicaciones a los representantes del partido político que les engañó, el Partido Popular.

Del culebrón de PEMEX hablaremos en otro momento, si es que alguna vez llega a materializarse uno solo de los contratos

anunciados en la campaña electoral gallega. Así que de aquella victoria de Feijoo podemos sacar una evidente conclusión: el pulcro Feijoo se ha convertido en el más aventajado alumno del ausente Rajoy en cuanto a mentiras e incumplimientos electorales, ya que conquistó el poder galopando sobre una bien estudiada sarta de mentiras. De tal palo, tal astilla. Quizás por eso se haya convertido en el más firme candidato para suceder a Rajoy llegado el momento: ya domina las artes de engaño masivo que tanto gustan en su partido.

Lo que me pregunto en voz alta es si no constituye algún tipo de violencia política el hecho de mentir a los ciudadanos para conseguir su voto y luego incumplir la palabra dada. Y si la gente arruinada no tiene el más mínimo derecho a la protesta o a la exigencia de responsabilidades. Pensaba que vivíamos en un estado de derecho, no en un estado de derechas. Pero lo diré en voz baja no vayan a acusarme de incitar a la violencia. Vivir para ver.

TRANSPARENCIA

Información económica sobre el PSOE de Málaga y de sus cargos