BLOGOSFERA

María Gámez Gámez

Retrógrados


Pudiera parecer que semana tras semana el PP y su gobierno han tocado techo con su deriva irracional. Por desgracia, la respuesta es: no. El dócil lobo con piel de cordero llamado en otrora partido de "centro moderado" no tiene freno en la imposición ideológica cuando gobierna para todos, para quienes le votaron y para quienes no.

El PP en su huída hacia delante ha decidido dejar marcada su huella en nuestra país gracias a la mayoría absoluta conseguida con la mentira como herramienta política más destacada en su programa electoral. A tan sólo menos de dos años de tan evidente victoria electoral no hay ni un solo estudio demoscópico que no recoja la pérdida de varios millones de votos por parte del PP.


La mujer siempre ha sido un tema de hondo calado en el PP y su programa ideológico. No han creído en la igualdad, la han aceptado a regañadientes y si ha sido posible han recurrido leyes de igualdad o han insultado a Ministras socialistas por el hecho de ser mujeres. Especialmente desde sus púlpitos más retrógrados.

El Gobierno está preparando una de las leyes de aborto más restrictivas del mundo occidental y, así, España será el primer país que cuando legisla sobre el aborto retrocede. Esto supone una vuelta al pasado, incluso más allá de la primera ley del año 1985, y que las mujeres españolas tengan dos opciones, abortar fuera de España si tienen recursos para ello, o bien abortar en España en condiciones de clandestinidad con el consiguiente riesgo para su salud y su vida.

Asimismo, es importante tener presente que la actual Ley, aprobada en el año 2010, fue avalada plenamente por el Consejo de Estado, que en aquel momento, argumentaba que era necesario reformar la regulación para adecuarla a la realidad y además destacaba la plena constitucionalidad de su articulado.

Pese a todo ello, el Partido Popular presentó un recurso de inconstitucionalidad contra la actual ley -tal y como ya hizo en relación a los matrimonios homosexuales-, que todavía no ha sido resuelto por el Tribunal Constitucional. Aún así, Gallardón prefiere no esperar al dictamen del Tribunal Constitucional y con ello, se pliega, una vez más, a las demandas de los sectores más ultraconservadores de nuestra sociedad.

Las leyes restrictivas de aborto no reducen el número de abortos, solamente incrementan el número de mujeres muertas o que pierden su salud porque abortan en la clandestinidad y en condiciones insalubres. Si esta anunciadísima reforma sale adelante es seguro que se estarán quitando dos derechos a las mujeres: el de la libre decisión y el de la salud. La propuesta del Gobierno sobre el aborto nos llevaría a la cola de Europa, a la clandestinidad, a una regulación que estará a la altura de Malta, Andorra o Polonia, los países más restrictivos y conservadores en sus normativas. Nos coloca en la clandestinidad o en el extranjero. Es más, en los últimos 28 años, 36 países han liberalizado sus leyes de aborto pero ninguno ha retrocedido.


La inmensa mayoría de los países europeos permiten la interrupción voluntaria del embarazo sin justificación hasta la semana 14, oscilando entre la semana 10 de Portugal y las 24 semanas de Holanda. La mejor forma de reducir el número de abortos no es negar el acceso a procedimientos legales y seguros a las mujeres, sino darles el poder de controlar su fecundidad y de prevenir los embarazos no deseados. No podemos permanecer silenciosas atropello tras atropello, la igualdad y nuestra libertad está en juego.

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