BLOGOSFERA

Espejismos
En familia, por la edad de mi hijo, he vuelto a retomar la lectura de cuentos infantiles buscando la conciliación del sueño. Gracias a uno de ellos y la reconocida frase por todos "espejito, espejito quién es la más bella del reino" recordé que en una ocasión el Alcalde de Málaga dijo que Madrid era el espejo en el que reflejarse. Después de este recuerdo casi puedo encontrar respuestas al estado en el que se encuentra y el camino que están tomando algunos de los problemas de nuestra ciudad.
Los problemas de Madrid con el servicio de limpieza de la ciudad no son necesarios explicarlos puesto que copan todas las portadas de periódicos nacionales e internacionales. La privatización del servicio llevaba al despido de más de 690 trabajadores, Madrid está más sucio que nunca y cuesta cada día más a las arcas municipales. Espero que no sean estas las conclusiones a las que nos llevará la gestión del problema de LIMASA. El Alcalde tiene una ocasión estupenda para recortar los beneficios de la parte privada de la empresa y no siempre pedir sacrificios a los trabajadores, y así mejorar el servicio de la ciudad y encontrar una solución rápida para el conflicto planteado. Un ERTE, un ERE o la reducción de personal, en general, no es la solución que necesita la ciudad cada día más sucia y con más necesidad de trabajadores de limpieza.
Madrid está muy endeudado, es la ciudad que más lo está de España. Málaga sigue su estela. Tras 18 años de gobierno del PP en este próximo presupuesto para 2014 el Ayuntamiento dedica más dinero pagar por su deuda que a inversiones en la ciudad. Sin inversiones no se genera empleo y sin éste no hay forma de que en Málaga la economía crezca y salgamos de esta penosa crisis. Málaga se merece otros presupuestos, otro proyecto. Las políticas de empleo deberían ser un eje fundamental en la distribución de las partidas de estos presupuestos y, sin embargo, nada más lejos de la realidad.
La evidente realidad no está ni para cuentos ni para espejismos. Es necesario detenernos con la solvencia que da la racionalidad para poner freno a impunes ataques a nuestro estado social con la justificación espuria de que es la única fórmula posible. Hay otras muchas maneras de hacer las cosas que supongan menos dolor para los que menos tienen. Los socialistas nos negamos a aceptar esta máxima que lanza constantemente el PP. No se justifica la salida de la crisis imponiendo copagos sanitarios, suprimiendo las prestaciones por dependencia, reduciendo las becas o privatizando los servicios públicos de los ayuntamientos disfrazados de reforma de la administración local.
Málaga no puede estar al albur de decisiones que se ciñan al efectismo político del PP. Nuestra ciudad se merece más hondura, más sentido público de la ciudad, más respeto a todos nuestros conciudadanos y, especialmente, salidas para un futuro mejor. No es de recibo que los grandes proyectos huyan de la ciudad y que los que vengan estén sin contenido y sin la raigambre que las puertas del sur de Europa se merece. La talla política no se puede quedar por el camino para arañar algunas décimas más en unas elecciones, más o menos próximas, que resaltan un lado populista que no deja ser más que el hueco vacío que deja la ausencia de proyecto de ciudad.