BLOGOSFERA

Meli Galarza Fernández

Cuarenta primaveras


He pasado un par de semanas afectada por eso de que voy a dejar de ser una treinteañera para convertirme en una cuarentona. Me pasa todos lo años. De pronto, me pongo a pensar en lo que he hecho bien, regular o directamente mal. Lo que quería y tengo, lo que no quería y tengo igualmente o lo que sí quería y sí tengo. También en lo que he hecho, dejado de hacer o dejado solo a medias. Me pregunto en qué soy algo mejor, en que me he vuelto más “dura”, si he conseguido que algunos miedos desaparezcan o han aparecido otros,… los logros emocionales que tanto tiempo y esfuerzo me han ocupado… Y entro en una especie de “depre” que se va tan rápido y de manera tan repentina como llegó! Pero, es verdad que esta vez ha tenido “valor añadido” por aquello del cambio de década. El sábado ya amanecí cargada de amor, de fuerzas, de ganas de seguir adelante, llena de confianza en mí misma, en mi presente y en mi futuro avalados por mi pasado.

Tengo a mi alrededor hombres y mujeres que me aman y a quienes amo. Pero, ¡ya me conocéis!, sobre todo, tengo mujeres. Mujeres que están a mi lado desde la infancia, la adolescencia, la pubertad,… Mujeres que han ido apareciendo para nunca desaparecer (ni la muerte las hace desaparecer). Mujeres que se han convertido, cada una a su manera, en un referente indiscutible en mi vida y en mi caminar. Mujeres sin las cuales sería simplemente una persona distinta a la que soy. A todas ellas mi agradecimiento más profundo por estar, por ser, por existir, por amarme y permitir que las ame. En especial, tres mujeres marcan mi vida: mi madre, mi abuela y mi hija Daniela. Son, sin lugar a dudas, la primera fuente de amor de mi vida.

TRANSPARENCIA

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