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¿Derechos de la infancia?
La primera vez que los países se reunieron para debatir sobre los derechos de la infancia fue hace casi 70 años. En 1959, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la Declaración de los Derechos del Niño. Esta declaración fue firmada por 78 países e incluía 10 principios, como el derecho de los niños y niñas a recibir una educación y a no ser discriminados/as por ningún motivo. Sin embargo, estos principios no eran suficientes porque la declaración no era vinculante (los países no estaban obligados a cumplirla).
Por eso, gobiernos de todo el mundo, ONG e instituciones siguieron trabajando para preparar un nuevo texto: la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989. Esta convención recoge los derechos de todos los niños y niñas del planeta. Contiene más de 50 artículos, pero puede resumirse en estos principios fundamentales: el derecho a una vida saludable, a una educación de calidad y a estar protegidos contra la violencia y cualquier tipo de abuso y fue firmada por 195 países y, a diferencia de la anterior, sus firmantes deben comprometerse a cumplir los derechos de la infancia. A día de hoy, solo hay un país que no reconoce la Convención: Estados Unidos.
Por desgracia, hay millones de menores cuyos derechos se vulneran en distintos aspectos. Es alarmante los datos en cifras que conocemos de la situación de los niños y niñas en el mundo.
- 150 millones viven en las calles.
- 385 millones padecen una pobreza extrema.
- 8.500 mueren cada día por malnutrición.
- 155 millones menores de 5 años presentan retraso de crecimiento.
- 52 millones sufren desnutrición aguda.
- 1 de cada 10 niñas ha sido víctima de relaciones sexuales forzadas.
- 700 millones se casan antes de cumplir los 18 años.
- 200 millones han sufrido mutilación genital femenina.
- 5,6 millones mueren cada año por causas que podrían evitarse.
- 16 millones no reciben la dosis de vacunas necesarias.
- 170 millones son huérfanos/as.
- 168 millones trabajan.
- 300.000 son niños soldados.
- 171 millones dejarían la pobreza si tuvieran acceso a una educación.
- 250 millones saldrán de la escuela sin saber leer, sumar ni restar.
Hoy y mañana se conmemoran dos efemérides importantes como son el Día Mundial del Niño y el Día Mundial contra la Esclavitud Infantil. Estos dos días, y a la vista de los datos anteriormente expuestos, nos deben hacer reflexionar. Por un lado, sobre los derechos y el bienestar de los más pequeños; y por otro, sobre la dura realidad que enfrentan millones de niños y de niñas en todo el mundo. Juntas, estas efemérides nos ofrecen una oportunidad valiosísima para alzar la voz en defensa de aquellos que no pueden hacerlo.
El Día Mundial del Niño es un recordatorio de que cada niño y cada niña tienen derecho a una infancia plena, a la educación, a la salud y a un entorno seguro. Sin embargo, la realidad es que muchos niños y niñas en España y en el mundo aún enfrentan situaciones de vulnerabilidad. La pandemia, la pobreza y la desigualdad han intensificado las dificultades que enfrentan, y es nuestra responsabilidad como sociedad garantizar que todos los niños y niñas tengan acceso a un futuro mejor.
Por otro lado, el Día contra la Esclavitud Infantil nos confronta con una de las violaciones más atroces de los derechos humanos. Se estima que millones de niños y niñas son víctimas de trabajo forzado, explotación sexual y otras formas de esclavitud moderna. Esta realidad es inaceptable y debe ser erradicada. La esclavitud infantil no solo roba la infancia de estos niños y niñas, sino que también les niega la oportunidad de soñar y construir un futuro.
Es fundamental que, como sociedad, tomemos medidas concretas para proteger a nuestros niños y niñas. Esto incluye promover políticas que garanticen su educación, salud y bienestar, así como apoyar iniciativas que combatan la explotación infantil. La educación es una herramienta poderosa que puede romper el ciclo de la pobreza y la explotación. Invertir en la educación de los niños y niñas es invertir en un futuro más justo y equitativo.
En conclusión, al conmemorar el Día Mundial del Niño y el Día contra la Esclavitud Infantil, debemos recordar que es necesario poner por delante en todas nuestras acciones el interés superior del menor. Es nuestro presente y nuestro futuro más preciado. No dejemos que estas fechas sean solo un recordatorio, sino una llamada a la acción.
Si hay algo que tienen en común todos los niños y niñas del mundo, sin excepción, son sus derechos. Hayan nacido donde hayan nacido, tengan el color de piel que tengan y sea cual sea su condición económica o sexual. Todos los niños y niñas del mundo tienen los mismos derechos y merecen ser escuchados, protegidos y queridos. ¡Hagamos de su bienestar nuestra prioridad!