BLOGOSFERA

Enrique Benítez Palma

Deseo de ser socialista


En 1994, Miguel Morey ganó el Premio Anagrama de Ensayo con la obra “Deseo de ser piel roja”, cuyo título nos remite nada menos que a Franz Kafka. En uno de sus relatos, el autor de obras claustrofóbicas, el narrador de los oscuros recovecos del aparato burocrático, se solazaba en la libertad de los pieles rojas, a los que idealizaba desde la lejanía sin haber pisado los Estados Unidos de América, donde aquellos languidecían a manos de la avaricia inmisericorde del hombre blando.

“Si uno pudiera ser un piel roja siempre alerta, cabalgando sobre un caballo veloz, a través del viento, constantemente sacudido sobre la tierra estremecida, hasta arrojar las espuelas porque no hacen falta espuelas, hasta arrojar las riendas porque no hacen falta riendas, y apenas viera ante sí que el campo era una pradera rasa, habrían desaparecido las crines y la cabeza del caballo”. Sí, es Kafka quien escribe esta estampa de felicidad, esa instantánea en la que se funden naturaleza, hombre y caballo para saborear las embestidas del viento y disfrutar de las praderas interminables.

Pues bien, algo parecido le ha ocurrido al conjunto del Partido Socialista a lo largo del fin de semana. Hastiados de un calendario interno kafkiano, agotados de la burocracia de hierro que define la toma de decisiones en las organizaciones políticas, la militancia ha tomado al asalto El Castillo y ha decidido protagonizar una metamorfosis masiva. Laicidad, democracia interna, apertura a la sociedad, primarias, compromiso, ilusión. Reivindicaciones históricas convertidas en resoluciones. Debates apasionados en los que se ha dado la vuelta a las propuestas de los ponentes. Ideas al viento, ganas de luchar, resistencia frente a la injusticia. Un tiempo nuevo, para todos, y entre todos.

Quienes han estado en Madrid no dudan en afirmar que esta vez ha sido diferente. Los medios de comunicación así lo han transmitido también. Miles y miles de personas necesitan un partido político comprometido con la justicia social, con el Estado del Bienestar, con el pacto entre generaciones, con la igualdad de oportunidades. Y también con un modelo de Estado definido por todos y respetado por todos. Puede que nos hayamos equivocado, y así lo hemos reconocido. Puede que hayamos hecho cosas mal, y así lo estamos señalando. Pero este fin de semana hemos visto delante de nosotros la verde pradera de la esperanza, y a partir de ahora nuestra única y constante obligación será la de llevar a ella a todas esas personas que sufren la crisis y las infames políticas impuestas por los grandes intereses financieros. No podemos fallar. Es nuestro momento.

TRANSPARENCIA

Información económica sobre el PSOE de Málaga y de sus cargos