BLOGOSFERA

Enrique Benítez Palma

¿Justicia?


Durante dos meses he tenido la responsabilidad de ser el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en la Comisión de Justicia e Interior del Parlamento de Andalucía. Y como tal preparé la intervención correspondiente a la comparecencia en dicha comisión del Fiscal Jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. En ella, le transmití a D. Jesús García Calderón que la Justicia, con mayúscula, se había convertido en la última red, en el clavo ardiendo al que se aferraban miles de ciudadanos que aún querían confiar en el sistema. Debatimos sobre el asunto. La Justicia necesita medios, independencia y recursos para evitar la frustración de la ciudadanía.

Eso fue hace ya dos semanas. Y de repente varias sentencias y decisiones judiciales nos han llenado de estupor, a creyentes y agnósticos, a resistentes y a cínicos. Por ejemplo, la ausencia de responsabilidades en el naufragio del Prestige, doce años después de aquella infame marea de chapapote, de cacerías ininterrumpidas, de absoluta cobardía política. Ni el Gobierno, ni los armadores, ni la tripulación. Nadie debe rendir cuentas por un petrolero demasiado antiguo navegando codicioso por aguas demasiado turbulentas para seguir enriqueciendo a sociedades demasiado anónimas domiciliadas en paraísos fiscales demasiado opacos. Demasiado incluso para Gálvez.

Y también está la comunicación del fiscal del caso Noos, que dice en público que no ve indicios para imputar a la Infanta Cristina porque cree que no era consciente de lo que firmaba. Quizás haya que darle la razón: hay que ser muy inconsciente, tener muy poca consciencia de lo que significa pertenecer a la primera familia de España, de lo que supone representar a tu país, de lo que debe ser un comportamiento moral y ético intachable, para firmar lo que firmó Su Alteza Real Doña Cristina de Borbón y Grecia. Delante de todos nosotros, malheridos económicamente, humillados en nuestro fuero interno, pero sobre todo delante de su marido, tan aficionado a los correos electrónicos de baja estofa, al compadreo y a la evasión fiscal, todo ello presuntamente, por supuesto.

Y remata la semana la entrevista que concedió a La Sexta el sancionado juez Elpidio Silva, el que se atrevió a dictar orden de prisión para Miguel Blesa -el todopoderoso quebrador de Cajamadrid-Bankia, amigo personal de Aznar. Una entrevista en la que venía a decir que en los casi 8.800 correos electrónicos de Blesa protegidos por el Tribunal Supremo por tratarse de correos de carácter íntimo, se hablaba de tráfico de armas y que el propio Aznar figuraba en muchos de ellos. La entrevista le cuesta una multa de mil euros del Consejo General del Poder Judicial. Pero nadie investiga lo que dice.

Desafección ciudadana, lo llaman. Mira qué bien. La red estaba llena de agujeros. A nadie parece importarle.

TRANSPARENCIA

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